miércoles, 18 de abril de 2018

La Tecnología Educativa

Es posible definir la tecnología educativa de forma más restringida, atendiendo al estudio de los medios en los procesos didácticos, y al análisis de todos aquellos equipos técnicos que sirven de soporte a los contenidos de la educación, que siempre están en función de los objetivos a alcanzar y de las características de los alumnos a los que van destinados.

El enfoque adoptado aquí será el de contemplar la tecnología educativa desde una perspectiva historicista. Se comenzará haciendo un breve resumen de la historia de la educación en general (con un ánimo más ilustrativo que exhaustivo), para pasar a continuación a hacer lo propio con la historia reciente de los artefactos tecnológicos empleados en la educación. El objetivo es que este somero recorrido histórico desemboque en el momento presente, dominado por una tecnología educativa de reciente aparición: Internet y la World Wide Web.


La educación con el pasar del tiempo ha tenido una evolución, la cual se remonta a la India antigua, hace miles de años, encontramos la figura del maestro: los brahmanes, además de su función de sacerdotes, eran los encargados de transmitir el conocimiento de su sociedad. Esta impartición de saber la realizaban en su propia casa, a donde acudían a vivir los alumnos. Aparece aquí un primitivo concepto de "escuela".


Más adelante, en la antigua Grecia, la instrucción de los niños era confiada a esclavos o sirvientes. Con el tiempo, la figura del maestro fue cobrando importancia, empezando a dictar sus cursos en su propia casa, a donde los pupilos acudían a recibir sus lecciones. Los estudiantes debían visitar las casas de distintos maestros, cada uno de los cuales les enseñaba una materia diferente: lectura y escritura, música,... Los dos ejemplos más conocidos de escuelas griegas son La Academia y el Liceo. La primera era el lugar donde Platón impartía sus enseñanzas, mientras que la segunda era la arboleda cercana a Atenas que Aristóteles empleaba a modo de escuela al aire libre.

Con la aparición de Roma, los principios educativos griegos se extendieron por el Imperio, donde perduraron hasta la llegada de la Edad Media. En los primeros siglos de la misma, esta tradición educativa tomó la forma de escuelas dependientes de la iglesia romana.

Cuando el Renacimiento impulsa de nuevo el humanismo y la inquietud intelectual, la necesidad de mejorar la educación se hace palpable. Pero esto no supone grandes cambios en lo que a estructuras físicas se refiere: se conservan las escuelas y las universidades. Por ejemplo, las escuelas jesuitas alcanzaron gran prestigio durante la Contrarreforma.

Y así llegamos a los albores del siglo XXI, y la formación se continúa impartiendo en "escuelas" (en el sentido más general del término), a donde se desplazan los alumnos para recibir en vivo las enseñanzas de un "maestro" (también entendido de forma general). No cabe duda de que el mundo de la educación ha cambiado mucho a lo largo de la historia, pero en lo básico permanece prácticamente inamovible: casi todos los procesos formativos siguen basándose en el triángulo cuyos vértices son:

a) La escuela, como lugar físico de reunión de docentes y estudiantes.

b)El maestro, como la persona que transmite el conocimiento.

c) Y, sobre todo, la sincronía espacio-temporal de docentes y estudiantes.


A lo largo del presente siglo, en numerosas ocasiones se ha creído encontrar una tecnología capaz de producir la tan anhelada revolución de la enseñanza: teléfono, radio, televisión, vídeo, fax, ordenadores,... Éstos son sólo algunos ejemplos de tecnologías que se muestran como valiosas ayudas en la tarea de la transmisión de conocimientos, pero que no han conseguido romper con la milenaria estructura de nuestro sistema de enseñanza.

De todos ellos, los ordenadores son quizá la tecnología que hoy día mejor alimenta las esperanzas de mejora substancial en los procesos formativos, aunque hasta la fecha aún no se hayan producido dichas mejoras.

Esta situación cambia radicalmente desde comienzos de los 80, con la aparición de los ordenadores personales. A partir de ese momento, la tecnología informática invade todas las facetas de la sociedad, incluido el mundo educativo. El espectacular abaratamiento de los equipos y el impresionante desarrollo tecnológico de los últimos años ha servido de motor para la transformación del computador.

También es posible contar la historia de la tecnología educativa centrándose en la educación a distancia. Así, Garrison (citado en [García 94]) plantea la evolución de la educación a distancia a lo largo de tres grandes etapas de innovación tecnológica:

a)     Correspondencia: Se emplean casi exclusivamente textos muy rudimentarios y poco adecuados para el estudio independiente de los alumnos. Algún tiempo después los textos evolucionaron hacia nuevas estructuras, a la vez que se acompañaban con guías de ayuda al estudio, cuadernos de trabajo o evaluación, etc. Mucha de la educación a distancia impartida hoy en día no ha pasado de esta primera etapa.

b)    Telecomunicación: La radio y la televisión son las tecnologías más representativas de esta etapa de "enseñanza multimedia" a distancia, que comienza a finales de los 60. En este momento, se empieza a complementar el texto escrito con otros recursos audiovisuales como audiocassetes, diapositivas, videocassetes, etc., a la par que el teléfono se convierte en un medio de comunicación habitual entre el tutor y los alumnos.



c)     Telemática: Esta etapa se caracteriza por la integración de las telecomunicaciones con otros medios educativos a través de la informática, apoyándose en el uso del ordenador personal. En esta etapa se incluirían Internet y la Web.

Y en el futuro veremos la aparición de aplicaciones educativas basadas en ordenadores portátiles, redes sin hilos, libros electrónicos En un mundo abrumadoramente maquinal, centrémonos en la World Wide Web, pues en las ventajas que el uso de Internet en general, y de la Web en particular, tiene en el ámbito de la educación y la formación.

  • Permite tanto el aprendizaje síncrono como asíncrono.
  • Permite tanto aprendizaje interactivo como no interactivo.
  • Integra varios medios en un único canal.
  • La infraestructura técnica está ampliamente extendida.
  • En el mismo entorno se puede tanto aprender como utilizar lo aprendido.
  • Se pueden utilizar materiales educativos situados en otros lugares de la red.
  • Los estudiantes pueden publicar su trabajo.
  • Es atrayente.
  • Es atractiva a los estudiantes.
  • Es multi-plataforma .
  • Permite incrementar el trabajo colaborativo y la comunicación entre instituciones.
  • Se puede acceder a un mayor número de estudiantes.
  • Permite explorar nuevas estrategias pedagógicas.
  • Es posible simular el entorno en el que, posteriormente al curso, el alumno deberá emplear lo aprendido.

Estas ventajas se hacen más numerosas en el campo de la educación a distancia:

  • Formato de distribución integrado en una única interfaz.
  • Facilidad para la integración de nuevos materiales.
  • El contenido se puede adaptar más fácilmente.
  • Se posibilita una rápida re alimentación de los tutores.
  • Se pueden crear comunidades virtuales.

De hecho, la educación a distancia parece el escenario natural de la Web en el aprendizaje tradicional:

a)     Como herramienta de presentación.
b)    Como herramienta para que trabajen los alumnos.
c)     Para reforzar el sentimiento de comunidad.
d)    Para mejorar el aprovechamiento de las clases presenciales, al poder impartir ciertos contenidos por la red.

Pero la Web no es tan sólo una ventajosa herramienta, cuando hablamos de educación. Para algunos su empleo es una absoluta necesidad, y no algo que pueda dejarse a criterio de cada cual.

El principal impedimento para el uso generalizado de la Web en la educación es el hecho de que aún no se sabe cómo emplear esta tecnología en el entorno educativo de forma eficiente y efectiva, a todos los niveles. El camino hasta que estructuras como las universidades virtuales sean una realidad cotidiana será largo y difícil (aunque el número de estas instituciones esté aumentando incesantemente).

Sin ánimo de ser exhaustivos, se citarán aquí aquellos problemas que han de considerarse con cierto cuidado, pues a la postre son los obstáculos a superar. Aunque todo puede resumirse en dos palabras: esfuerzo (el que se habrá de realizar a todos los niveles) e inexperiencia (que actualmente es casi absoluta).

Por último, debemos hablar también de la productividad. Hay quien afirma que la Web va a suponer un aumento de productividad muy importante en los alumnos y, sobre todo, en los profesores. Aunque los casos que habitualmente se citan para demostrarlo son bastante convincentes, hay motivos para dudar. Por poner un ejemplo mínimo pero bastante representativo: ¿realmente se puede hablar de aumento de la productividad cuando suele ser tan habitual el tener que pasar largas horas deambulando por Internet embarcados en búsquedas de materiales que a menudo resultan infructuosas?

En definitiva, mucho se puede decir de las oportunidades que la Web ofrece a la docencia, pero lo que realmente hace falta es evidencia experimental que permita comprobar en la práctica las bondades y los defectos de este medio. Ésta será la mejor forma de arrojar luz sobre las actuales discusiones entre los partidarios de la enseñanza virtual y los que siguen opinando que lo mejor es la enseñanza tradicional.

Pero, más allá de la docencia, los problemas también se encuentran en los aspectos económicos, los que, en la práctica, muchas veces deciden si una nueva tecnología se difundirá o no.

Comenzar a impartir asignaturas en la Web es caro, sobre todo si se quiere hacer bien. Equipos, profesionales diversos, tiempo... todo eso supone sumas considerables de dinero. Sabemos que hemos de emplear las TI (Tecnologías de la Información). Sabemos que no podemos dejar que los costes sigan subiendo al incrementarse el número de estudiantes. Sabemos que las TI son muy costosas.